lunes, 4 de octubre de 2010

ella es mi vida

Cuanto tiempo transcurrido, cuantas historias vividas, cuantas alegrías y cuantas penas, que fácil veía la vida aquel chaval ingenuo que soñaba con comerse el mundo a bocados y lo único que consiguió, fue perder los dientes por el camino. Que fácil resulta soñar y cuan difícil resulta conseguir tus sueños.

Poco a poco, la vida te va dando palos, pese a que tu estas seguro de haber tomado el camino correcto, vas encontrando más y más puertas que te cierran el paso; si cometes el error de no pararte ante ellas para intentar comprender por qué no se abren para ti, si no sigues luchando por intentar abrirlas, si te rindes, te pasarás la vida cambiando de rumbo a derecha e izquierda para seguir encontrando más de lo mismo, eso si tienes suerte, porque si no la tienes, te pasará como a mi, entrarás por la primera que encuentres abierta sin preguntarte por que esta lo está sin haberla buscado y las demás no, lo que pasará es que entrarás de cabeza sin asomarte a ver lo que hay detrás, harto de tanta decepción, lo único que se te pasará por la cabeza es, ¡por fin la he encontrado!.
La mayoría de las veces, las puertas abiertas sin esfuerzo, no son más que trampas de las que después es muy difícil salir, pozos sin fondo en los que los sueños se convierten en pesadillas y en los que como no tengas alguien que te eche una cuerda, te hundirás sin remedio.
Por suerte para mi, a pesar de las muchas equivocaciones que he cometido a lo largo de mi vida, nunca he perdido a la familia ni a los amigos y eso es lo que me ha mantenido a flote para poder continuar mi búsqueda. La búsqueda de ese algo, o alguien especial, que diese sentido a todos los sinsabores y fracasos que había cosechado. Confieso que había llegado un punto  en que llegué a pensar que nunca lo conseguiría y comencé a dejar de buscar.  
Pero, ¡que extraña es la vida! justo en el momento en que yo había decidido que no merecía la pena seguir buscando, apareció ella, así, como sin querer. Sin querer, fue llenando todos aquellos vacíos que había en mi existencia, poco a poco mi vida empezó a cobrar un nuevo sentido, no le pedí nada y me lo dio todo. Hoy en día, pienso que ya no sabría vivir si ella no está a mi lado, la quiero, como nunca he querido a nadie y se que nunca querré a nadie igual, ella ha hecho que mi vida, por fin tenga el sentido que durante tanto tiempo le había buscado, de hecho, ¡ella es mi vida!