jueves, 23 de octubre de 2008

COMO SE VENDE UNA GUERRA. LOS COMIENZOS DE UNA GRAN MENTIRA

Estalla un conflicto en algún lugar del planeta. A continuación los medios de comunicación de todo el mundo muestran su rechazo, y nos hacen llegar las primeras imágenes de la tragedia. A partir de ese momento empieza para muchos medios un lucrativo negocio que se apoyará en un doble discurso: uno dirigido hacia el ciudadano y otro hacia los señores de la guerra. Conozcamos algunas de las armas que utilizan.                                                                                            

La noticia saltó a los medios de comunicación de todo el mundo: Cuando Iraq invadió Kuwait en agosto de 1990, unos soldados sacaron 312 bebés de las incubadoras del hospital Al-Addam y los dejaron morir en el suelo. Un grupo de testigos declaró ante el Comité de Derechos Humanos del Congreso de EEUU sobre lo ocurrido. Entre ellos una joven de quince años que describió con todo detalle el suceso. El hecho impactó de tal forma en la opinión pública que influyó de manera determinante en el apoyo de los congresistas a la invasión. Incluso el presidente norteamericano Bush citó esta historia hasta seis veces en uno de sus discursos. Se trató en un foro internacional de la ONU y dos días después esta organización aprobó la intervención militar.
Cuando los iraquíes abandonan Kuwait, miembros de la Organización Mundial de la Salud llegan a dicho hospital y no observan apenas daños. Las incubadoras están en su sitio. Preguntan al personal y dicen que ese hecho no ha tenido lugar nunca. Son enviados observadores al lugar y llegan a la conclusión de que la cifra de niños muertos tras sacarlos de las incubadoras les parece excesiva. Nada parece encajar. Amnistía Internacional, que había realizado la denuncia, la retira y la niega. Médicos de distintas nacionalidades que estuvieron en Kuwait durante la ocupación también niegan que se hubiese producido un hecho así. Nadie confirma aquello. ¿Qué pasó realmente?.
Unos años después y como resultado de un impresionante trabajo de investigación realizado por la cadena canadiense CBC ve la luz el documental “Vender la guerra”, que en nuestro país fue emitido por La 2 de TVE -pasando totalmente desapercibido-. En él se explica cómo se llevó a cabo paso a paso una de las muchas campañas que se pusieron en marcha en EEUU para inclinar a la opinión pública a favor de la guerra de Iraq.                                                                        

En Francia dos grupos de comunicación han sido adquiridos por industriales cuyo capital procede de la fabricación de armas.

Analizan la noticia que saltó a las páginas de los periódicos de todo el mundo y también las “piezas” que no tenían encaje en aquella versión. En el documental de la cadena canadiense, CBC, “Vender la guerra” se explica en sólo veintitrés minutos cómo se crea esta campaña previamente pagada por una ONG llamada “Ciudadanos por un Kuwait Libre” con diez millones de dólares y elaborada por una empresa de publicidad norteamericana. En el documental aparece el ejecutivo de la empresa y dice ante la cámara que como la ciudadanía de EEUU no reaccionaba se preguntaron: '¿Qué podemos hacer para convencerles de la necesidad de una intervención?. Había que hacerles ver que Sadam era un loco peligroso al que había que parar'. Casi sin inmutarse explica cómo se les ocurrió el montaje de las incubadoras y cómo llevan como testigo estrella a una adolescente a la que aleccionaron debidamente y que resultó ser la hija del embajador de Kuwait en EEUU -algo que desconocían los congresistas-. Este es uno de los ejemplos -muy bien documentados- que recoge el periodista Pascual Serrano en su libro “Medios violentos”. Todos ellos le sirven de base para explicar cómo se prepara mediáticamente el terreno para justificar una guerra. La política de comunicación, los razonamientos con los que se justifique la intervención y el grado de disposición a la causa que presenten los medios es fundamental. Todo ello requiere un período progresivo de trabajo ideológico previo al primer disparo”. “Sabía que ellos no nos llevaban a un determinado sitio para que diésemos una información objetiva, sino para utilizarnos como medio de propaganda.” (Mercedes Gallego, periodista “empotrada” en la guerra de Iraq). En efecto, dicen que una guerra no empieza con la primera bala sino mucho antes, en la mente de las personas. Por eso es ahí donde justamente los medios afines trabajan sin descanso. ¿Cómo? Omitiendo informaciones relevantes para comprender un conflicto, ocultando datos, señalando rápidamente el enemigo a perseguir e incluso caricaturizándolo. Más tarde, una vez que estalla el conflicto, llegan los “empotrados”, periodistas incorporados en convoys militares dispuestos a informar de todo lo que acontece en primera línea de fuego. Por supuesto, desde la perspectiva del bando que les protege la vida. La periodista española Mercedes Gallego, corresponsal del Grupo Correo, estuvo “empotrada” durante cinco semanas en la Primera División de Marines de la guerra de Iraq.                                                                                                                                                                       Esto anterior, son fragmentos de un artículo de la revista FUSION.COM en el se explica, como hoy en día, en la era de la información, los gobiernos o cualquier grupo empresarial, se dedican a manipular esa información para convencernos de cualquier cosa que se propongan, p"Revista Fusión.com" por inimaginable que esta sea. Esto ocurre porque no hacemos más que seguir al pastor que hemos elegido y lo seguimos a muerte sin preocuparnos de si tiene razón o no, sin precuparnos lo más mínimo, de contrastar aquello que intentan hacernos creer. La sociedad se ha dividido en bloques, de derechas y de izquierdas, los occidentales y los orientales, etc. etc. Si alguien dice pertenecer al nuestro, resulta que ya es bueno por definición, los nuestros siempre son los buenos, lo que nos dicen, va a misa, los otros siempre son los malos. Esas son las armas que emplean los grandes manipuladores, para hacer de nosotros lo que les da la gana, nos enfrentan a unos con otros, con el único fin de seguir engordando sus cuentas bancarias, ya se sabe, "A río revuelto, ganancia de pescadores", además, mientras discutimos entre nosotros, no nos preocupamos de lo que ellos hacen, o nos hacen. Dicen que vivimos en la era de la información, pero yo creo que más bien vivimos en la era de la desinformacion o de la manipulación informativa. Debemos dejar de creernos todo lo que los grandes medios nos cuentan, existen infinidad de medios hoy en día, para contrastar aquello que quieren hacernos creer, debemos decir basta, a la manipulación y levantar nuestra voz para que sepan que no nos pueden seguir engañando, que ya nos hemos hecho adultos y no nos dejamos manipular. Somos la maryoría y deberíamos ser nosotros, los que empezásemos a dirigir nuestros destinos. A más de uno, esto le sonará revolucionario o que se yo, pero es lo que pienso, estoy más que harto de que cuatro se lleven el beneficio de mi trabajo, de que unos pocos se dediquen a masacrar inocentes, solo para aumentar su poder y/o patrimonio, y sobre todop, de que lo hagan a base de manipularnos con sus mentiras. Os aconsejo que veais el vídeo, "Vender la guerra", no tiene desperdicio, al igual que el artículo completo en la "Revista Fusión.com"


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