El año se acaba. ¿Que de nuevo?

Aquí estamos de nuevo, contando los días que faltan para que el año finalice. Unos pocos, como siempre, estarán frotándose las manos ya que habrán duplicado sus fortunas a cuenta de hundir un poco más a la gran mayoría y esa mayoría deseando que el año finalice, convencidos de que el nuevo será seguramente más próspero, ¿Por qué será que esta canción me suena a viejo? Llevo toda la vida escuchando esta misma canción y la verdad es que cada vez me suena más desafinada, el mundo sigue perteneciendo a esos pocos que han movido los hilos desde siempre, esos que utilizan los millones que sus negocios producen, gracias al duro trabajo de la mayoría, para engordar sus cuentas bancarias, sin preocuparse lo más mínimo, por intentar mejorar un poco las condiciones de vida, de aquellos que con su sudor, han contribuido a convertirlos en poderosos. El ejemplo perfecto, lo tenemos con esta crisis que estamos viviendo; los empresarios se han pasado los últimos 10 o 15 años haciendo dinero a mansalva, todo esto, a cuenta de mantener los salarios, prácticamente congelados, incluso rebajándolos en un gran número de casos, mientras tanto, el coste de la vida ha subido desorbitadamente, cada día, cuesta más llegar a fin de mes. Pero ahora que estamos inmersos en una crisis económica, no van a ser ellos los que utilicen una parte de sus fortunas amasadas durante todos estos años, para sacarnos de ella, debemos ser nosotros los que la solucionemos a cuenta de abaratar los despidos y seguir con nuestros sueldos congelados, o en algunos casos como el mío, reducidos, por el mismo trabajo, ganaba más hace 4 años que hoy en día, al menos tengo trabajo, que ya no es poco. Para ellos es fácil, su empresa no funciona, suspensión de pagos, echan el cierre y ya está, a disfrutar de las ganancias obtenidas hasta que nosotros arreglemos la situación y puedan volver a enriquecerse a nuestra costa. Pero...¿ Y nosotros ? ¿ Como vamos a salir de esta ? Pues, por lo que parece, como siempre, agachando la cabeza y dejándonos mangonear. Seguiremos  aumentando sus fortunas con las compras navideñas, gastando un dinero que no tenemos, pero nos tienen bien enseñados, o mejor dicho, nos tienen idiotizados, de otra manera no se explica que sigamos cayendo una y otra vez en su rueda. El 31, haremos una gran fiesta con la esperanza de que el año próximo sea mejor, que nos devuelva lo que este nos ha quitado, pero no cambiaremos nuestra actitud sumisa, seguiremos pensando que la solución a nuestros males no esta en nuestras manos, pero... ¿ Si nosotros no solucionamos nuestros problemas, quien lo hará ? ¿ Ellos ? podeis estar seguros de que no, al contrario, nos pedirán que solucionemos los suyos, como siempre, y como siempre, nos sacrificaremos y haremos lo que ellos quieran. Así que, mis esperanzas para el año nuevo, son las mismas de siempre, o sea, nulas, hemos dejado que nos enrreden tanto durante los últimos años, que en estos momentos ya es muy complicado que la gente se mueva, cada uno vamos por libre, nos hemos vuelto tan individualistas, que alcanzar un consenso a nivel general, está más que complicado, estamos desconectados los unos de los otros y para colmo, los políticos, que deberían ser los que nos uniesen frente a la adversidad, no hacen más que intentar separarnos pensando solo en sus propios fines, ya se sabe, divide y venceras. Yo no voy a pedir lo típico para el año nuevo, o sea, prosperidad, salud, amor y todo el paquete de siempre, lo que yo pediré, será un poco de chispa, un cambio de actitud por nuestra parte, pediré que recuperemos el espíritu de lucha de nuestros padres, para que podamos recuperar todo aquello por lo que ellos lucharon, todos aquellos derechos que ellos consiguieron para nosotros luchando durante muchos años y que nosotros hemos perdido en un abrir y cerrar de ojos. Bueno, voy a dejar la trajedia y aprovecho esta entrada para desearos a todos, que despidais el año con alegría pero sin conformismos y tomaros una a mi salud, yo lo haré a la vuestra, espero que el próximo año no tenga que soltar el mismo discurso.